El ex The Smiths entregó en la tercera noche de festival, uno de esos shows que se recordarán por años y, muy probablemente, no se repita.
Pero su paso por Viña del Mar, no solo se marcó por lo ocurrido sobre el escenario. Tras bambalinas, se vivieron momentos que sólo un artistas como Mozz, puede generar.
La lista va así:
- Se tuvo que quitar las plumas del vestido que la animadora Eva Gómez, usó para presentarlo.
- Para cumplir con el inicio de su show, estipulado por contrato para las 00.40, se tuvo que suspender la Competencia Folclórica.
- El catering y ambientación del camarín para el artista, no podía tener ningún elemento proveniente de animales (carnes, queso, cuero, etc)
- El inglés pidió expresamente no ser interrumpido durante su presentación
Para la productora que trabaja directamente con el artista, la mayoría de las exigencias se cumplieron y estaban pactadas con antelación. Para otros, éstas fueron desmedidas y generaron rumores como que las personas que se acercaban a él, debían ocultar sus zapatos de cuero, o que el músico necesitaba mirar constantemente a una mujer en el palco, que le “lanzaba buena onda”.
Nota aparte es el momento en que el animador Cristián Sánchez fue sacado de la Quinta, por petición del mismo músico. Sánchez, era el único miembro del jurado que permanecía en su privilegiado lugar, pues sus compañeros se habían retirado del lugar a modo de protesta por la suspensión de la competencia folclórica. Morrissey se molestó con algunos gestos que el animador realizó durante su presentación, mientras tomaba cerveza e interactuaba con una cámara.
Finalmente, el inglés bajó del escenario tras 80 minutos de música y dejó pendiente dos canciones que estaban programadas en su set list (Irish Blood English Heart y Still Ill). Dicen, se molestó por la intervención de Rafael Araneda, quien despidió la señal de televisión.
A final de cuentas, Morrissey pasará a la historia del Festival de Viña del Mar gracias a un tremendo show y su única excentricidad.
Pero su paso por Viña del Mar, no solo se marcó por lo ocurrido sobre el escenario. Tras bambalinas, se vivieron momentos que sólo un artistas como Mozz, puede generar.
La lista va así:
- Se tuvo que quitar las plumas del vestido que la animadora Eva Gómez, usó para presentarlo.
- Para cumplir con el inicio de su show, estipulado por contrato para las 00.40, se tuvo que suspender la Competencia Folclórica.
- El catering y ambientación del camarín para el artista, no podía tener ningún elemento proveniente de animales (carnes, queso, cuero, etc)
- El inglés pidió expresamente no ser interrumpido durante su presentación
Para la productora que trabaja directamente con el artista, la mayoría de las exigencias se cumplieron y estaban pactadas con antelación. Para otros, éstas fueron desmedidas y generaron rumores como que las personas que se acercaban a él, debían ocultar sus zapatos de cuero, o que el músico necesitaba mirar constantemente a una mujer en el palco, que le “lanzaba buena onda”.
Nota aparte es el momento en que el animador Cristián Sánchez fue sacado de la Quinta, por petición del mismo músico. Sánchez, era el único miembro del jurado que permanecía en su privilegiado lugar, pues sus compañeros se habían retirado del lugar a modo de protesta por la suspensión de la competencia folclórica. Morrissey se molestó con algunos gestos que el animador realizó durante su presentación, mientras tomaba cerveza e interactuaba con una cámara.
Finalmente, el inglés bajó del escenario tras 80 minutos de música y dejó pendiente dos canciones que estaban programadas en su set list (Irish Blood English Heart y Still Ill). Dicen, se molestó por la intervención de Rafael Araneda, quien despidió la señal de televisión.
A final de cuentas, Morrissey pasará a la historia del Festival de Viña del Mar gracias a un tremendo show y su única excentricidad.
*
No hay comentarios:
Publicar un comentario