La ciudad de Lieja, una tranquila localidad de la comunidad francófona de Bélgica de 200 mil habitantes, vio hoy alterada su calma cuando poco después del mediodía dos hombres abrieron fuego contra un grupo de personas que esperaban un bus en una parada en el centro de la urbe: el último balance provisional da cuenta de cuatro muertos y 60 heridos.
Entre los fallecidos se cuenta uno de los dos autores de la acción, de unos 40 años, que se suicidó poco después de cometer el atentado, mientras que su cómplice habría logrado escapar, según los primeros datos de la policía local, citada por la radiotelevisión pública flamenca VRT y por la prensa digital belga.
El lugar de los hechos, la céntrica Plaza Saint-Lambert de Lieja, está a pocos metros del palacio de Justicia de la ciudad. Los efectivos policiales mantiene acordonado el lugar y recomendaron a los habitantes de la zona que se queden en sus oficinas o en sus domicilios, mientras varios equipos están desplegados en el lugar ante la amenaza de explosivos.
El alcalde de Lieja, Willy Demeyer, confirmó que podría haber hasta tres o cuatro implicados en la acción. Uno de los presuntos autores que logró escapar abrió fuego en su huida por las calles del centro de la urbe belga aunque no hay que lamentar heridos o más víctimas mortales.
Entre los 60 heridos, siete de ellos en estado crítico, se encuentra un niño de dos años que en estos momentos se debate entre la vida y la muerte en el hospital, informó el periódico flamenco "De Standaard".
El ataque se produjo cuando el autor principal abrió fuego de manera indiscriminada con un fusil Kalashnikov contra un grupo de personas que esperaban el bus. Su cómplice habría lanzado varias granadas de mano para intentar "rematar la acción", según fuentes policiales.
La radiotelevisión pública belga RTBF especula con que el ataque esté relacionado con un juicio que se lleva a cabo en el palacio de Justicia, situado a pocos metros. Los autores del ataque podrían tener lazos con las personas objeto de juicio. No se descarta tampoco un atentado terrorista.
"Salimos fuera, a la plaza, frente al palacio de Justicia y vimos a una persona que estaba lanzando granadas de mano por todas partes. Todo fue tan rápido. Empezamos a correr para intentar salvarnos. Cogí de la mano a un niño que estaba a mi lado y me fui corriendo", aseguró Hervé Taverne, uno de los testigos oculares, en entrevista con la radio flamenca Radio 1, citada por el rotativo "De Standaard".
Dimitri Degryse, otro de los testigos presenciales, narró lo que vio en ese momento: "escuché una fuerte explosión..después otra, ví una columna de humo y luego se escucharon ráfagas de disparos".
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