Los Zetas pagan una nómina de 30 millones de pesos al mes a policías
ministeriales y municipales de Veracruz y, además, reclutan a empleados de Pemex
para robar hidrocarburos, de acuerdo con el testimonio de uno de los líderes
históricos del cártel.
Tras ser capturado el 12 de diciembre en Córdoba, Raúl Lucio Hernández, "El
Lucky", jefe regional de Los Zetas en el centro del País, sostuvo una entrevista
privada con oficiales de la Armada en la que señaló como uno de sus enlaces con
el Gobierno de Veracruz a un funcionario al que sólo identifica con el apellido
de Lagos.
En el directorio de la Administración estatal, el único
funcionario con ese apellido es Érick Lagos Hernández, quien, hasta enero, fue
subsecretario de Gobierno de Veracruz y actualmente funge como dirigente estatal
del PRI.
En su testimonio, rendido ante la SIEDO el 13 de diciembre, "El
Lucky" refiere que Los Zetas reclutan a empleados de las propias instalaciones
de Pemex para robar hidrocarburos, pues conocen a detalle la infraestructura de
la empresa, horarios y ubicación de los ductos menos vigilados.
Hernández
asegura que su banda tiene en Veracruz un grupo denominado Los Guachicoleros,
que se encarga de ordeñar los ductos, además de investigar a otras personas que
roban combustible para cobrarles "derecho de piso".
"El puerto de
Veracruz (es) el municipio donde más droga se estaba vendiendo hasta que sucedió
lo de 'Los Zetas' que aparecieron muertos en el puerto, hasta ese entonces se
calentó la plaza y dejamos de vender por orden mía, ya que les dije a la gente
que se saliera de allí, que dejaran de vender hasta que terminara el operativo
de Marina y los militares.
"La venta disminuyó debido al operativo
implementado por las autoridades, además de que entra el Cártel de Jalisco Nueva
Generación-'Matazetas', lo que nos impidió trabajar, ya que hubo muchas
ejecuciones", relató "El Lucky" en una entrevista que sostuvo con infantes de la
Armada, previo a que lo entregaran a la SIEDO.
Hasta antes de que
abandonaran el puerto, contó, el lucro de Los Zetas era redondo: tan sólo de la
venta de cocaína, obtenían 35 millones de pesos al mes, que servía para pagar
una "nómina" de 30 millones en toda la entidad, es decir, un millón de pesos al
día.
Durante el interrogatorio, incluido por la PGR en la indagatoria
PGR/SIEDO/UEIDCS/539/2011, detalla que los encargados de la ordeña eran, en
Coatzacoalcos, "La Comadreja" y "El Pinocho"; en Cosamaloapan, "El Negrillo", y
en Poza Rica, "El Oaxaco" y "El Chaparro", sujetos cuya identidad investiga la
Procuraduría.
Uno de los hombres que fue detenido con "El Lucky",
Cristóbal Salinas Vallejo, "El Gato", contó a las autoridades que el robo a
autotransportes era un negocio en el que también contaban con la complicidad de
los traileros.
Sin embargo, el ingreso por hidrocarburos no es el giro
más rentable para la banda, pues, de acuerdo con Hernández, sus narcotienditas
en todo Veracruz les redituaban 35 millones de pesos al mes.
Poco antes
de la captura del "Lucky", el número dos de Los Zetas, Miguel Treviño "El 40",
estaba interesado en un veracruzano identificado como "Franklin" o "Frankli", ya
que sospechaban que rentaba casas de seguridad al Cártel de Jalisco Nueva
Generación.
"El Lucky" sostuvo la conversación con Treviño en el
messenger de su Blackberry Curve 9300, donde "El 40" aparece identificado con
siete signos de exclamación seguido de la letra "p" minúscula.
Los Zetas
hablaron de varios datos que debían investigar de este potencial enemigo: si era
o no compadre del Gobernador de Veracruz, propietario de un ingenio y si estaba
ubicado en Córdoba, pero a "El Lucky" ya no le alcanzó el tiempo porque fue
capturado.
De acuerdo con la investigación de la PGR, "El Lucky"
preparaba una contraofensiva para recuperar el puerto y para ello acopiaba un
arsenal voluminoso en Córdoba; sin embargo, los marinos acabaron con sus
propósitos.
Con un solo giro"El Lucky" calcula
que Los Zetas vendían un promedio de 100 kilos de cocaína al mes en Veracruz, 40
de ellos en el puerto, y que a cada uno le ganaban 350 mil pesos libres, es
decir, 35 millones de pesos mensuales sólo por vender alcaloides el año
pasado.
Según su testimonio, compraba la cocaína en Guatemala y uno de
sus hombres apodado "El Mustang" la transportaba en tractocamiones hasta
Córdoba, que a últimas fechas era la bodega de alcaloides de Veracruz. Allí, un
tipo conocido como "El Pájaro" la cortaba y distribuía en todo el
estado.
Mientras que el narcomenudeo era controlado a través de seis
mandos a cargo de igual número de regiones geográficas, con sus respectivos
"centros" en Coatzacoalcos, Poza Rica, Xalapa, La Antigua, Cosamaloapan y
Córdoba.
Los hombres que aparecen al frente de esas zonas están
registrados en la investigación de la PGR sólo con los alias de "El Pinocho",
"El Chaparro", "El Amarillo", "El Morro", "El Negro" y "El Cholo".
De
acuerdo con estimaciones de "El Lucky", además del puerto de Veracruz, el otro
mercado de la cocaína eran los penales de Jalapa, Coatzacoalcos y Poza Rica,
donde el cártel vende alrededor de 300 mil pesos a la semana; en cada uno, 100
mil.
"Esta venta la controla gente de Los Zetas que está recluida, tienen
comprados a custodios y autoridades en cada uno de ellos", le contó Hernández a
los marinos.
"El Lucky" desconocía cuánto pagaban por protección a las
autoridades veracruzanas, porque en buena medida era un trabajo de los
"contadores" de la organización.
"Hace unos días personal de la Marina
detuvo a Jonathan Reyes Sosa 'El Gordo', quien pertenece a la AVI, y mantenía
enlace directo con El Amarillo y con Lalo a quienes proporcionaba información de
operativos estatales y federales. Todo este apoyo que recibían era pagado,
mencionando desconocer la cantidad del dinero, pero eran grandes cantidades",
declaró en la PGR.
Compran cargasEl robo a
autotransporte de Los Zetas en Veracruz es un negocio con varias ramificaciones,
en el que cuentan con la complicidad de camioneros y les reporta ganancias de
hasta un millón de pesos al mes, tan sólo el cobro de renta de un
individuo.
Según "El Lucky", obtienen ganancias al asaltar directamente
a los camiones y vender su mercancía, también por "cobrar piso" a quienes lo
hacen por su cuenta y por vender los tractocamiones
reemplacados.
Germaine Hernández "El Chino" era uno de los asaltantes más
importantes del estado que no pertenecía al grupo criminal, pero pagaba su cuota
para que no lo molestaran. Operaba en Puebla y Veracruz.
"Él trabaja
cuando no hay operativos y se le deja trabajar. Su cuota es de un millón de
pesos mensuales, cuando trabaja poco paga la mitad. 'El Chino' se dedica al robo
de transportes, pero no pertenece a la organización, paga piso", declaró "El
Lucky".
De acuerdo con Hernández, este sujeto operaba una empresa de
nombre Transportes Hernández, que era ocupada por Los Zetas para llevar todos
los tractocamiones robados para vaciarlos, rematricularlos y
venderlos.
Pero "El Chino" declaró el 13 de diciembre, luego de haber
sido detenido con "El Lucky", que el pago a Los Zetas era el 80 por ciento de
sus ganancias y que a pesar de ello era rentable para él.
"Mi trabajo
para la organización de 'Los Zetas' consiste en robar tráileres en Puebla,
México, Cosamaloapan, yo los robaba, los vendía y el dinero se los repartía a
Los Zetas y sólo me quedaba de ganancia un 20 por ciento, que serían como 200
mil pesos.
"Lo demás era para Los Zetas, pues había que pagar la renta de
los locales donde se ocultaban los tráileres robados aparte se pagaba la
remarcación de los tráileres y cajas robadas", detalló.
Los dos talleres
donde "remarcaban" tráileres y tortons están en Río Blanco y en el kilómetro
2.95 carretera Córdoba-Amatlán de los Reyes, donde pagaban 10 mil pesos
mensuales de renta.
Uno de los supuestos colaboradores de "El Lucky",
Cristóbal Salinas Vallejo "El Gato", explicó que los productos que Los Zetas
preferían robar eran los de línea blanca, varilla, azúcar, maíz, frijol y
zapatos.
"Se les pagaba a los choferes porque no se ejercía violencia.
Los choferes estaban de acuerdo y les vendían (a Los Zetas) el tráiler con la
mercancía robada y (se) les pagaba, dependía de la mercancía, por ejemplo el
azúcar 20 mil pesos", contó.
De acuerdo con "El Gato", cuando los
productos entraban al mercado, los criminales le daban formalidad: "La mercancía
iba a la vista con las facturas correspondientes, se hacía la
papelería".
Proveedores de armas"El Lucky" dice
que la violencia generada tras la invasión del Cártel de Jalisco Nueva
Generación y Los Matazetas, así como la ofensiva de la Secretaría de Marina,
hicieron que a finales del año pasado su organización se replegara en el puerto
de Veracruz.
Según su testimonio, la ciudad de Córdoba se convirtió en
una especie de "capital" para Los Zetas, en la que concentraron las bodegas de
droga y empezaron a acopiar las armas con las que planeaban una
contraofensiva.
Los hombres de "El Lucky" se preparaban en el
adiestramiento de armas en un campo de entrenamiento ubicado en La Perla, el
municipio veracruzano más pobre y que está enclavado en la zona montañosa de la
entidad. En la "Escuelita", un teniente desertor del Ejército los entrenaba en
prácticas de tiro.
"El Lucky" contó que Los Zetas tienen diversificadas
sus fuentes en el mercado de las armas, pues las compran en Estados Unidos, en
el Istmo de Tehuantepec y en el Barrio de Tepito del Distrito
Federal.
"En la Sierra de Tehuantepec, se las compro a un señor que
siembra mariguana y hay un señor que se llama Don Berna que le compro como 15
armas, entre cuernos y R-15, en 15 mil pesos cada una, es armamento usado",
refirió.
"También mando comprar a San Antonio, Texas. Allí hay chavalos
que se dedican a ofrecer, ellos las compran y las cruzan por el río. Esas armas
sí son nuevas, allí compré alrededor de unas 30 armas de fuego. Allí pagué 3 mil
dólares por cada una. Lo demás es pura pedacería, rifles viejos, calibres
22".
La madrugada del 12 de diciembre, cuando "El Lucky" fue capturado
por la Armada junto con cuatro de sus cómplices, le aseguraron en un tráiler 132
armas largas, 36 cortas, un fusil, 5 lanzagranadas, 2 mil 641 cargadores, 28 mil
cartuchos y 29 granadas.
Un amigo del
barrioQuizá por ser su amigo de la infancia, Heriberto Lazcano
Lazcano, "El Lazca", convirtió a Raúl Lucio Hernández, "El Lucky", en el hombre
más importante de Los Zetas en el centro del País.
En la estructura
criminal, "El Lucky" era el jefe regional del cártel en Hidalgo, Oaxaca, Puebla,
Veracruz, Tabasco, Campeche, Querétaro, San Luis Potosí, Quintana Roo y el
Estado de México, cargo que lo ubicaba como el número tres del cártel, sólo por
debajo de "El Lazca" y Miguel Treviño Morales, "El L-40".
Las
investigaciones de la Marina y la PGR suponen que el encumbramiento de este
hidalguense en parte responde al hecho de que eran amigos de la infancia, ya que
crecieron en el mismo barrio en Pachuca.
"Pertenezco a la organización
criminal de Los Zetas desde 1999 fui invitado por Lazcano. A Lazcano lo conocí
en mi barrio, ya que vivíamos juntos desde niños en la Colonia el Tezontle",
contó a la PGR.
Hijo de un agricultor y una ama de casa, Hernández nació
el 8 de febrero de 1976 en una familia de cinco hermanos. Está casado y tiene
cuatro hijos.
Cuando terminó la secundaria se enroló en el Ejército. Se
dio de alta el 16 de septiembre de 1996 y promovió su baja el 24 de octubre del
año siguiente.
Su salida de la milicia no fue casual, pues en los 13
meses que portó el uniforme se involucró en el robo de combustible y fue
encarcelado dos meses en una prisión militar. Pagó su fianza y salió de la
cárcel y de la institución.
"Una vez que me dieron de baja, busqué a
Lazcano, de quien supe que estaba trabajando en la PGR, ya que era de los
elementos del Ejército que le llamaron Gafes, a finales de 1999.
"En una
ocasión que bajé a Pachuca, le pedí trabajo, llevándome a Matamoros, Tamaulipas,
y comencé a trabajar como seguridad de una persona que después supe era Osiel
Cárdenas, con quien trabajé hasta 2003", declaró ante la SIEDO.
A sus
inicios, Hernández se unió a la guardia pretoriana, que a finales de los años
90, organizó el Teniente Arturo Guzmán "El Z-1" para Osiel, entonces líder del
Cártel del Golfo. Recibió la clave de "Z-16".
Incluso estaba con el capo
el 14 de marzo de 2003, cuando fue capturado en Matamoros por el Ejército, en la
fiesta de 15 años de su hija. "Debido a que Osiel Cárdenas tenía varios días
ingiriendo bebidas embriagantes no logró escapar y fue detenido",
contó.
Tras la captura del capo, comenzó a trabajar con Omar Lorméndez
Pitalúa, "El Pita", encargado operativo para "abrir plaza" en Nuevo Laredo,
Reynosa y Matamoros, es decir, para pelear con sus enemigos Los Chachos, Los
Texas y los Flores.
En otoño de 2005, "El Lu cky" fue enviado a Piedras
Negras, Coahuila, como subjefe de plaza. Ocho meses después lo mandaron a
Cosamaloapan.
Regresó a Coahuila como "estaca" y a los dos meses lo
enviaron a Coatzacoalcos, donde ascendió a la jefatura en el Estado y después a
jefe regional.
Y hallan en DF narconómina Dos
narcomenudistas relacionados con los Beltrán Leyva dejaron constancia de sus
ingresos y egresos, entre los que presumen compra de protección a agentes del
Edomex y el DF.
Unas libretas que en su momento fueron entregadas a la
PGR, y de las cuales REFORMA posee una copia, fueron decomisadas a fines de 2010
a Antonio Sánchez, "El Naruto", y Jesús Sataray tras ser detenidos cerca de
Tepito. En ellas están anotados pagos a policías y mandos y compra de armas.
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