El Parlamento griego ha aceptado finalmente los recortes exigidos por la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
No obstante, el nuevo plan de austeridad incluye la condonación de 100.000 millones de euros de la deuda en manos privadas, el plan de recapitalización bancaria y el resto de medidas de ajuste para los próximos años que la troika exige a cambio del crédito.
El ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, instó al parlamento griego a votar a favor del acuerdo. “Nadie quiere castigarnos. Quieren transferirnos su modo de pensar y son los que tienen la mayoría y el dinero”, se justificó.
El Parlamento aprobaba las medidas en medio de impresionantes protestas por toda Atenas que acabaron con decenas de edificios en llamas y un importante número de heridos. Se intentó incluso a ocupar la alcaldía de Atenas, en Kotzia.
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